El letrero "stop" es indiferente
ante una mujer como la que te viste día y noche.
Resulta que ni el anuncio a quince años de la piel flácida
las patas de gallo, la escandalosa papada,
las nalgas tristes o las piernas varicosas
hace mella en tu vida trepidatoria.
Si el palomo fuera corcel
ya lo habrías obligado a volverse unicornio.
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