Hijos sin lógica,
muchachos míos que nacieron
en la era del caos:
Vuelen sin mí,
pero no a ciegas.
Construyan un imperio
cuando recuesten sus cabezas en las almohadas
y recuerden los ángeles que fueron
antes de llegar a esta tierra.
La materia es lo que sopla
el viento de nuestros besos alados.
La materia es lo que inventa
la sonrisa instantánea
que no saldrá de las maruchan.
Hijos míos,
naden a contraluz
y con el salmón por escudo en sus banderas.
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