Y violines y nubes para reposar
el embabosamiento sideral
que cargo a cuestas
desde ti y tal vez por el contigo,
amén de la discreción del espasmo embelesante,
abismo violeta donde se puede caer de bruces
y sin romperse nada.
Que cayendo va, que cayendo va
que deslizándose está, que deslizándose
entre las palabras que he formado
con todas las letras de tu nombre de cuatro puntos cardinales.
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