Y si los eclipses sirvieran de algo
aparte de pronosticar malos o buenos presagios,
entonces yo lo usaría de testigo:
Que me queme el mismo cuerpo con mi calor interno
yo no puedo hacer nada
sino entregarme a esta quimera
de amarte siempre
y en silencio.
(Curiosamente, el eclipse de hoy
firmó al calce de mi noche
y juró complicidad
en este contrato que lleva inserto mi corazón).
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