Quiero mantener la atención de estos días de juventud
para guardarlos con esmero y mucho antes
de la puesta de la sol-edad.
Es cierto.
Pero no es verdad que la obsesión por jugarle una cascarita a Cronos
sea el motivo de mi oficio de veladora de estrellas.
Mi motivo tiene un nombre
y apunta a los cuatro puntos cardinales.
Es la bendición del día
y la canción acompasada del viento nocturno.
Es la guerra por la paz
y la paz de mi cama tibia;
promesa de realidad alterna
en tanto no me falte la creencia de la consciencia multiplicada
y me reciba entre sus brazos de remador de aguas turbias y dulces
para jamás volver a sentir que tiemblo
bajo el cielo cuando es rojo
y ante la manada humana que camina hacia mí
pero no conmigo.
Quiero mantener la atención de estos días de juventud muy adentro
lunes, 18 de enero de 2010
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