Verlaine y todos esos
eran unos tipos raros:
seguro se habrían entendido conmigo
de no ser
porque yo me enamoré
neciamente mujer
de otro igual que ellos.
Qué guapo, qué lindo
es tu rostro cuando lo veo
tengo espejos en la imaginación
una foto antología y mano
poemas, lentes,
todo listo para guardarte entre mi todo
y mi espacio...
Y dentro mío, muy al centro
un altar sin niveles
donde te canto por las noches
la misma canción de amor.
A Verlaine y a esos otros
podría hacerles lo mismo...
No, ya sabes que no.
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