jueves, 6 de agosto de 2009

Vecinas inflables (no quiero)

No quiero vecinas inflables
que se hacen como que la virgen les habla
mientras yo les recito las buenas noches de cajón;

ni una vieja encajosa del viejo régimen
que me ofrezca focos ahorradores
como si ella fuera la dueña de la nación.

No quiero, vaya,
noches de cantos mal afinados
ni elucubraciones lunares
del tiempo que malgasto
pensando en su aterrizaje
en ciertos poros
en ciertos espacios.

Sólo quiero una noche serena
donde me encuentre con tu sigilosa mano
que me sigue hasta volverme ciega
de amor, de des-encanto.

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