viernes, 14 de agosto de 2009

El hombre de Coyolxauhqui

Me pareció verte
en el claroscuro
del punto de reunión
de medio Saltillo
haciéndole al intelectual.

Reía igual que tú
brillaban sus cuencas igual
que las haces brillar en ti
tú.

Iba acompañado de una luna
hecha toda de diamantina
que deja ciegos a los persecutores
de la manzana escondida
entre las caderas anchas
y la zona prohibida.

Igual que tú.

Y me miró casi como si me intuyera
estrella de mar o esponja de mitología griega perdida
como lo hiciste
y lo haces
y espero que siempre lo hagas
a pesar de tu no
y de tus pocas palabras,
a pesar de ser más sonidos histriónicos
que letras cantadas
tú.

Hombre perdido en Coyolxauhqui
que quiero volver a ver.

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