Soy una taciturna
nacida anciana el penúltimo de diciembre.
Si aún así Usted quisiera
(lo digo como deséandolo,
valga la propuesta enunciada en este falso poema)
conservar a la amiga, la admiradora,
la mujer, la intolerancia postmodernista, la inocencia,
entonces lo invito
a vivir un paraje incierto
algo nublado, chubascos a deshoras,
absurdos sobre mojados,
ternura y desenfreno de cuando en vez de
en este septiembre que suena
y toca la puerta como si quisiera creer
que todavía creemos en la libertad.
Pase, quédese un rato
no sé como cuánto tiempo tenga disponible
debe haber mejores cosas para viajar.
Pero pase, aquí hay un lugar.
Uno que lo necesita en calidad de urgente
pocas veces se puede conversar
entre tanta gente y tanto malabar eclesiástico neoliberal.
Los ornamentos estético-filosóficos
los dejo para otro momento;
vaya, que sólo es una invitación
a vivir mi nombre y ya.
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