Jugábamos al patrocinio
de los hombres promedio
futbolito, comida en familia
frijolitos, comentarios comeprójimos
revisión de logros de escuderos.
En eso
mis ojos y yo regresamos
del futuro anterior
al presente:
valía más quedarse en casa
a llorar la vida
y llorar los ausentes
que darle visto bueno
a esta burguesía que no es
dentro de la corbata dominical.
Me dediqué a cambiar fotografías:
hay que ser homenajeantes
con lo que ya no fue.
Aún así, el residuo de esta operación
me indica
que sigo reflexionándote la barba
y las distancias y esta agonía
en una feliz reflexión nocturno dominical.
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