domingo, 16 de agosto de 2009

No hay palabra exacta

Serenos
acostumbramos a tomar agua
de donde no la hay.

No hay palabra exacta.
No existe la palabra exacta
que corra de mi boca hasta tu sangre
de mi alma hasta tu sombra
de mi voz hasta tu existencia.

Porque de haberla no habría
el holocausto de la materia perfecta;
no se confundiría el valor de la pureza:
matar a los no arios
esclavizar a los asiáticos, africanos
y latinoamericanos
no es igual
a la palabra exacta encontrar.

Tampoco vengamos
-no venguemos siquiera-
con que la ausencia del todo
es la tan trillada libertad.

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