Me pregunto qué podrá hacerse
para olvidarme un rato
de las ganas de no tenerlo más mudo
de desentrañarme este nudo
lanzarme contra la pared
dejar de necesitar unas letras
provenientes de aquel teclado
dejar de escribir estupideces
dejar de exponerme desnudamente poética
ante todos
ante Usted.
Traer dolor de cabeza, supongo yo
y sentirme chiquita y endeble,
fragilona, cursilona,
en mis días de menor temple:
malditas lunas menstruales,
no deberían ponerme así.
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