El caballero que resultó ser mujer
pero no Juana de Arco
derribó a su opositor
colcando su dedo de tiza magisterial
suavemente indicando:
"Mirad:
La tortícolis es la infalible señal
de que vivís al día
en este agridulce mundo".
Y cerraron el libro,
y la chica de pelo negro y corto
que escribe en un susurro del olvido
se fue a dormir.
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