domingo, 26 de abril de 2009

A una lluvia (segundos luz)

Que me llueva eternidad
antes que repartir mis besos
en la inmensidad de la amargura.

He visto una imagen pálida
deambulando en esta llanura
que se llama dolor sin voz
y piel sin acariciar.

No tomé mis pertenencias
ni quise echarle un volado al vacío
la música se graba en la sangre
se aproxima el estío.

Las milpas y los nardos
volverán a cantar como antes
y los cabellos de la tierra
volverán a ondear igual.

Que me llueva ternura
antes y después de haberte amado tanto
hoy me figuras como la imagen de un santo
mañana serás el mismo hombre
el nombre del pecado
así de dual y de perfecto te miraba
en el génesis de este universo
y así de compacto y de triste
puede verse un sol
que no le canta a nadie
porque cree no tenerle a quién cantar.

Que me lluevan los segundos luz
que viví pensando en tí como los únicos y felices
a esta hora me doy cuenta
que ya nada me queda
excepto cantarle vivas y odas
a las flores que vivieron
cuando tu paso de iluminado huracán.

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