Hoy tengo ganas
de que su voz me cante
de letras un rosarito
que me arranque una risa
que me deshoje la amargura
y la transmute con rayos de luna
el olor de su color amarillo.
Que sus pasos sean como de profeta
que su eco resuene hasta la vereda
parada de sabios que desconocen su potencial.
Es dios y hombre
diablo y verdugo
libro y mancha
tinta y papel
cátedra y aire
pedestal y mundano
alegría y enconamiento puro
grito feroz
y valiente estirpe
de príncipe sin castillo
excepto su torre de conocimientos de papel
ojos para ver lo que otros no miran
manos que trazan huellas
que algún día los que aún no nacen
vendrán para leer.
Es libro y es humano
es simple y sabio
agarró el camión rumbo a la nada
que no sea algo que realmente valga la pena
como sentir, escribir y evocar.
Camina veloz en verde
suspira porque las letras se pierden
y el mundo raro está;
y es un niño obediente
amante de la tinta siempre leal.
Si los separo, su identidad mágica se pierde
si intento descifrarlo
me volvería sonámbula
a falta de ser inmortal
y si lo miro cuando me llueve amargura
una sonrisa siembra apenas entona su discurso
de amar a la cabrona vida
porque nos deja viajar.
jueves, 23 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario