sábado, 4 de abril de 2009

Un señor me habló de ciudades

Un señor me habló de las ciudades
entresemana
y al decirme sus caras sucias
como de muñeca de trapo olvidadas
recordé en la claridad de sus almas
el nombre de varias de ellas
la sonrisa de sus calles empedradas
adoquinadas, tristes
como llenas de vida
y a la vez de nada.

Y supe el sabor
de los invitados a la luna
que no es exclusividad
de esta ciudad que brinca
y a veces también canta;

Y supe que la amo
un poquito más
que a los baches rumbo a la 26 de marzo
a las palmeras del archivo
a la cantera del municipal
al callejón que huele a besos y a miados
a un Valdés Sánchez que siembra caóticos
y a Santa Anita enseñando las piernas
bailando can-cán.

Supongo que es como el señor lo dijo:
se tiene que sufrirla
para amar a tu ciudad.

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