Paganini a las cuatro
en día de resurrección
me recuerda
lo rara que soy
en este mundo basura
y lo cercana que estoy
a ser pelusa
en este espacio sideral
sector IV,
departamento escritora cómico-kósmiko-existencial.
Ay, Nibelunga,
tus flores saben como a concentrado de azúcar
y tus calles saben a tus muslos
que se enroscan en tu nuca.
Ay, Nibelunga,
cajita de colores prismacolor
a las once del 94
labiales que no usas
en la primavera del 2004
tinte negro que no calma el bullicio
de tu interna ciudad.
Nibeunga, Nibelunguita
tres años de no saberte;
Nibelunga...
ya tenías qué saltar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario