Dijimos "va"
y nos volvimos descendientes de romanos;
dijeron "va"
y mataron al hippie hebreo;
dijéronnos "va"
y su existencia en dogma de fe
se volvió nuestro pan,
nuestras guerras,
nuestros silencios.
Hoy digo "va"
y quiero
arrepentirme de haberme arrepentido
de azotarme por un asesinato no cometido
no soy Matusalén
y tengo veintiséis años.
Me arrepiento, a la vez,
de las omisiones y relegos
que les he dado
sin querer, y por sentado
a otros tantos cristos libertadores
con nombres de rockeros
activistas o escritores
porque los tengo más cerquita
porque también llevan en la sangre
algo de aquél hippie hebreo.
Total, la libertad es la aguja que emancipa
a los lerdos y a los buenos
de la opresión de otros seres menores...
viernes, 10 de abril de 2009
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