domingo, 10 de enero de 2010

Azul montaña

Las piedras y las yerbas secas
crean la azul montaña.
No.
Las manos y las memorias furtivas
los ecos pasados en boomerang
las sonrisas captadas por la polaroid divina
crean la existencia
a veces azul
otras violácea
algunas veces -las más de tantas- roja
incluso son índigo casi negro
y reverdecen en malva.
No me juzguen
por mirar la dimensión sexta
entre las piernas y los ojillos del mar
en cada hoja y en cada estrella:
yo busco el origen
busco la paz de mis otros años
busco el amor en una tarde anaranjada
encuentro mil motivos
para seguir siendo vida
a través de la azul montaña.

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