Ojalá que estuvieras aquí
para poder presenciar
y darte (no compartirte)
la alegría que llevo dentro
en este momento que pretendo
eternizar con poemas austeros, magros y tontos.
Me refiero a tus manos
a tus ojos
y a tus cabellos.
Tu espíritu lo llevo tatuado
en mi lunar del brazo izquierdo.
El mismo que has visto
cada vez que se desnuda frente a ti
mi nombre y mi alma.
domingo, 10 de enero de 2010
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