jueves, 7 de enero de 2010

Ángel (mantra de enero)

Acostada, casi hecha rosca,
sentí la presencia de seres lumínicos.

Serían las cuatro de la mañana.

Nada pueden hacerme aquí,
repetí como un mantra.
Ni las humillaciones, ni las tergiversaciones,
ni los rincones asignados, ni la siembra de mis pies
a expensas de que me salieran ramitas secas,
ni las palabras dichas
en sentido opuesto al designio divino.

Amaneció
estoy viva,
vivo para contarlo
sonrío para despreciar al dolor.

Venzo los miedos cantando hacia adentro
el mismo ángel dorado y guerrero de siempre
aparece en mi ventana.

Diré su nombre
otra vez,
al anochecer,
y cuando quiera dormir en paz.

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