Te dije que siempre estaría aquí
y aquí estoy
el cuarto de leche
que le robé a esta luna hiperblanca
las manos que en vez de acariciar tu rostro
teclea "amor" de madrugada
el rojo inquieto que no me deja
dejar de soñar.
Es sólo que a veces falta
un poco de malicia y valentía
para decirle al espejo la realidad
que jamás me ha tomado desprevenida;
es sólo que a tus silencios
a veces no los endulzo
porque tiré el azúcar de mis labios
al querer contrarrestar del mar la sal.
Te dije que siempre estaría aquí
y pago monedas al firmamento índigo
un cubículo en despoblado
las ganas de llorar en público y triunfar.
Te dije que siempre estaría aquí
y lo hago
como las cinco letras que mías proclamo
el beso perpetuo que no deshago
para que viaje a tu lado
porque es mío y nada más.
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