Oigo las botas de los que no creen
en el mundo de paz que ambos escribimos
y siento que me cortan el cordón que nos habita
y vuelvo mi cara a este templo donde lo ilógico es lo divino.
Así se avanza mejor otro poquito:
esta noche eres tú
el que me da el soporte y el alivio
de sentirme viva porque te amo
y porque te amo te escribo de madrugada
aunque mis ojos quieran dormir contigo.
Esta noche eres tú
como hace ya un buen tiempo lo has sido:
tómame loca, soy diferente
nadie dijo que como una mortal
se comportaran las descendientes del Olimpo.
Esta noche eres tú
a mitad de mi arroyo de aguas de tu mirada
y en la profundidad de un pensamiento
que casi toco por sentirlo vivo.
Mitad que no alcanzaría
totalidad que engalana mi dualidad.
Esta noche eres tú el arrullo de un niño
y la leche de la luna que te cuida en mi sigilo.
Esta noche, sí, eres tú.
Y mañana por la mañana, también.
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