Cómo calas
a esta hora
las olas de mi mar
me ahogan la voz para no llamarte
y sin embargo te siento aquí
como a las flores le acompaña el verde
como a las nubes el sol.
Pensarás que amo un sueño
yo te diré que más bien amo
tus pasos de niño bueno
y tu pesar de señor arisco y andariego.
Estoy ciega por dejarme llevar
pero recobro la vista en cuanto tu nívea aura
en mi piel y mi vientre siento:
te miro detenidamente
y entiendo
que amo de tu ser cada axioma
y de tu anatomía en cuatro fases
lo puro y lo imperfecto.
Callo el radio
voy caminando en este florido desierto
donde habitan las flores que te aguardan calladas
porque tú eres su dueño.
¡Cómo calas a estas horas!, verdad de Dios
y por el dios niño que te habita
y me enamora y aflige
como escribir estos versos
que todo este amor en mí es cierto.
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