Como veinte primaveras trepan
bajo los augurios de una luna crepitante
las lunas rojas de las niñas mujeres triunfantes
salen con su piel de orquídeas a pernoctar.
Aún recuerdo la distancia
entre los jamases y algún día
nunca tuve maletas en la entropía
ni precisé de un boleto para otro país llegar.
Como cuarenta nubes me miran
y todas son hermanas
y todas son una sola
y todas saben a estación primera
y todas se abren como flores de altaír
en pleno delirio de ultratierra
como poema de ultramar.
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