sábado, 28 de marzo de 2009

Las palabras

Que las palabras no me difuminen
la razón por la que escribo aquí
ser yo antes que mariposa marioneta
flor plástica de escritorio
catapulta en fango lanzada desde el espacio sideral.

Que siga siendo beso cumplido
abrazo tierno
llanto fallido
esperanza ciega en lo que vivo y respiro
rojo pecho y negra cabeza
sutileza de arquera
que no deja de creer en la risa
y en el palpitar.

Que las palabras sean mi escudo
mi cable telefónico
mi guerra, mi paz y mi pan,
mi espejo de serenidad eternizada
y enmudecida
ante la conmoción de ver las alas
de un recién nacido
o la sutileza del canto de los mares
cuando a mi barco épico
le dé por reír y soñar.

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