lunes, 16 de marzo de 2009

Caminé la ciudad

Me llevaron a esa ciudad
caminé hasta cansarme
olvidé cómo me llamo.

Y yo queriendo volar donde tu nombre
y yo queriendo estar a tu lado
y yo queriendo ser papalote
y yo queriendo volarme
y yo queriendo verte y escucharte a tí.

No es que piense que soy dios
simplemente me hace falta oír tu voz
columpiarte un planeta
hasta que hagas ruido con tu garganta
y de tu boca salgan asteroides
que colapsen con la atmósfera gris
que a los dos nos secuestra
porque tú escribes tristeza
y sin tí brillando se me acaba mi tierra fértil
porque tú eres mi sol.

Compré perfumes
y no los puse en mi carne
lancé sus notas al espacio
allá donde tu cuerpo es lo que pretendo
en el mío retumbe risa y paz
allá donde puedo vivirte
allá donde mi alma no se aflige
porque contigo camina mi corazón.

Comprenderás que soy alguien más de este mundo
que colisionó sus estaciones con tus tiempos
me afilié al partido de los ilógicos
me postulé candidata a la presidencia
de la nación de los enamorados ciegos
saqué punta a mi lápiz cósmico
para que el grafito sea la voz de mi cuerpo
que al moverse mi mano traza
lo que le dicta el rojo al palpitar.

Puedo estar en cualquier parte y me miran
pero no estoy en ninguna de ellas en realidad:
camino donde tu luz,
soy tu luciérnaga.

Y cuando llueves tristezas yo revoloteo
porque cuando amas tanto a alguien
aprendes a ser malabarista
y malabarista soy
desde que conocí tus ojos
esos que tanto amo y que conmigo quiero
que viajen por mi cuerpo
a través del insomnio en el que pernocto
para vivir esto que siento
y es amor
y grabármelo en la sangre hasta el siempre
cuando una anciana me vuelva ya.

Caminé la ciudad vecina y yo
queriendo decirte
que me importas más que la vía láctea en primavera
y por eso estoy aquí, como lanzándote besos
a la una de la mañana
amado niño de mi cantar.

1 comentario:

Edu dijo...

Tus palabras son una golosina que saborear.
Un Saludo.