sábado, 15 de febrero de 2014
Me tienes en tus manos
y soy mujer de ti todo el día
y te hablo y te oigo
dentro de una casa sin muros
y soy más tuya que mía
a la hora de la cena
cuando la fiesta ajena celebra
la maravilla que esperan
y yo a tu lado ya tengo.
Me tienes en tus manos
y soy serenísima o sirena por la tarde
y no lo soy tanto por la noche
porque hambrienta de ti
también me tienes todo el tiempo.
Me tienes en tus manos.
En realidad yo sabía que eres mi retorno
al lugar de partida
donde es el amor
quien nos hace.
Me tienes en tus manos
y soy latido de dos corazones al unísono
tan dulcemente negro y tan fieramente rojo
que el Amor en mí
no tiene otra alternativa
excepto brotar de ti
y para tus yemas
que tan dulcemente me preparan un té
antes de subirme contigo
a la nube de la que somos dueños.
Me tienes en tus manos
y mi cuerpo yace tranquilo
a la hora de la pequeña muerte
y también del sueño.
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