Hemos de amar al sol
como una ley potentísima
sin razón humana que la extinga
ni atavismo que pueda corromper
su prístino lenguaje.
Hemos de lazar al sol
como una verdad inmarcesible
con lazos de jazmín y orquídeas
y también con humo de Cammel's
acumulado en el rincón de la noche filosofada.
Hemos de obtener la raíz del sol
tu coxis embriagando al mío,
hemos de partir el pan de sol
apenas te embista con mi boca.
Hemos de llamar al cero uno ochocientos-SOL
cada vez que tu silla es demasiado lejana
y mi silla es muy terca y no puede moverse.
jueves, 27 de febrero de 2014
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