Despierta estoy
piel de roca
guarida de puerta secreta.
Soy el silencio en la palabra
la torre divina
que sólo una vez se abre.
Estando dentro los dos te dije
la aritmética del amor del cosmos.
Apoyados en sus muros sin muro te hablé
del infinito deseo sublimado en latido.
Nunca he hablado a los hombres ni mujeres
más de lo que deban escuchar de mí misma.
Yo no me pertenezco
mis palabras son de un orden anterior a mí
como lo es tu espíritu.
Ahora que sabes el eterno femenino que hay en mí
y que es tuyo
porque te lo he dado
Mírame rosa y orquídea cuando me ames
y acompáñame en mi camino.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario