El día de volar
sobre la mansa ola
una alfombra de nubes violáceas
las florecitas amarillas de la mañana.
Flotar como los tiempos de la sicodelia
flotar como se hace después de una melodía
el canto de un sapo
el grillo recién bañado en luz de luna.
Tengo un sobre con los signos del futuro
un caracolito retumbando
en los oídos de ambos:
Es la hora divina de recordar
el sueño indiviso de nuestro beso.
martes, 25 de febrero de 2014
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