En quince días
ni siquiera Dios pudo contener el mundo
en su mano o su sexo
a saber cuál sería
No me importa.
En quince días
no nace ni se prueba una teoría
no se reescribe el Torá
ni se inscriben alumnos nuevos
en Babel.
Quince días son para borrarse
desde la nada y por el útero
una moneda no fabricada
echada a la fuente
de los Milagros.
Amor,
Milogro sería enfrentar los segundos
y salir avante de la espera.
miércoles, 5 de febrero de 2014
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