Y uno se pregunta al partir la nuez
su corazón para dárselo de una madre a otra
por qué cruje siempre el amanecer
cuando él está entre nos
porqué los plúmbagos también crujen
si la mañana es, a priori
tanto o más bonita que su azul
y por eso es que hasta las paredes
su himno roban.
Una se pregunta si el peine del viento
pasa por el tren y por eso suena
o si es que el tren pasa
para que no se fije el viento
y el gemido a distancia de dos amantes
vuelva, se encienda y mejore
porque no sólamente de carne
se mantiene la amante
sino de la memoria leal que busca su rostro
entre el rostro de la dormida gente.
domingo, 13 de julio de 2014
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