Me trago la alegría de verte este viernes
para más tarde esparcir mi impulso consciente
de la creación que para mí eres en esta vida.
Dibujaré un templo para cantarte
con granos de tu propia sal sudada.
Teñiré de saliva entregada desde nos
para el nuestro
y reirán las sinfonías de tus parques
con mi paraíso ahíto de amor.
Piso la tierra que fecundas con el pie ataviado de versos.
Escribo tu nombre porque desde ahí
emerge para siempre la poesía.
jueves, 3 de julio de 2014
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