como un cúmulo de sueños
humedecidos por el destello de tus ojos
y la dulce turgencia de tu boca.
Alza la flor, amado
como un abrazo extendido
por los mil planetas que te fundan
y en mares enternecidos la vida renuevan.
Alza la piel, amado
como un manto sagrado sucumbiendo
al templo rojo de mi cuerpo.
Alza el amor, amado
porque caos hay más de uno
y de amor el mundo está ciego.
Para Ramón Córdoba
por su hogar latiendo
un mes más dentro de mí.
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