podría decir de ti que la grandeza
siempre vive y espera.
No hay camino ni fortuna, Amor,
todo lo veo contigo, todo lo reconozco
sé de su sueño erigido en tu luminosa verdad
en tu silencio como de rayo
esperando a que vuelvas
aunque jamás te vayas de ti mismo.
Lo he soñado y traído a este paraíso
porque coloco mi frente junto a la tuya
y mis pies tocan el mismo suelo
fecundado de fe en tu palabra
pero más en tu alma inmensa.
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