No quiero ser la palabra cálida
una luna dividida entre ciudades
la turgencia del cielo con catalejos.
Quiero ser tu caricia cercana
las dos pupilas y una flor dilatada
admirando tu engranaje
tu cuerpo de semidios en días gastado
en días divino
siempre por mí amado.
No quiero respuestas,
deja las promesas para la tinta.
Quiero tu amor envolviéndome
afuera y adentro del paraíso.
Quiero que me veas desnuda:
a veces también me pongo triste
sin un por qué, o quizá
con el miedo de una raíz que no es mía.
Quiero que me sigas amando así
y también quiero despertar entre tus brazos
porque la vida sin dormir contigo
es un acuario con tortugas aletargadas.
martes, 8 de julio de 2014
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