Ese niño que veo yo,
ese, que al caminar deviene en dios.
Ese hombre que huelo yo
en su rastro de bestia y héroe
sobre la cama aturdida de las primeras no palabras
del tiempo de los dioses.
Ese espejo de tierra y cielo
por donde veo claramente la circunstancia divina...
viernes, 9 de mayo de 2014
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