Desliza por la tráquea las nuevas mariposas.
Árdeles, Amor
apresúrales para adelantar el día
cántales la lumbre de nuestros autos de fe
proclamados antes y después
del reposo ciego de las manos y el mundo
contenido en cada célula.
Desliza la sombra de tu almizcle, Amor,
vence la sobriedad de la madrugada,
acompaña al sol en su almíbar discreto a las seis,
llámame en llamarada limpia y pura
y más tarde benefíciame con la duda
de si soy estrella o elemento sagrado de un antiguo mar
o simplemente mujer reinventada por tu propio barro.
Desliza tu beso de fruta pagana y sagrada,
Amor,
dame la bendición de este día
bajo tu cuerpo.
viernes, 9 de mayo de 2014
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