No importan ya mis líneas,
los objetos entrecruzados que daban continente
al cuerpo sin amor que fui.
Soy tu corazón de mujer que a ti te entrego y te ama.
En artificial escenario no radicará
la prueba absoluta de mi amor
y cuanto proclame y asevere
no fundamenta mi intención de grabar contigo
la historia.
La historia al fin bendita para mí,
alma errante sin amor que ahora con tus besos
me sostienes y mi temor callas.
En el escenario de la vida he de darte mi corazón.
Es ahí, dulce edén de mi existencia
donde apuesto, entrego, me despojo y vendo
todo, todo
porque mi vida es verte radiante.
martes, 27 de mayo de 2014
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