por eso los ríos,
este desconsuelo de intensa primavera.
A mi señor y señora les pido
la sabiduría para amarte, amor alado,
y entregarme a ti sin fin y sin medida
teniendo en claro que es por ti
el milagro de la resurrección de esta vida
este latido que me hace probar los días de mujer
tendiendo puentes y oraciones
para ser digna tuya siempre,
mi hombre bendito.
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