Dame tu fuego sostenido en la
tu boca de hombre y arena y héroe consagrado en dios Ra
dios sol.
Ábreme para colocarte en mí
hasta habitarme de profundos y seminales mares
latidos de frecuencia indestructible
miradas y verbos construidos especialmente para mí.
Cuídame la necia espalda y mi vientre,
llámame virtud aunque me veas llaga.
Que absuelta por la cantidad marina de amor por ti
quiero mirarme
y no regresar jamás
adonde habitan los ciegos de las grandes ideas.
lunes, 12 de mayo de 2014
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