miércoles, 16 de abril de 2014

Sustancia

Quiero tu mano sobre el humor de mis ojos
quiero a tu mano porque sabe mejor que mi mano
los caminos a la milpa de mi sexo.

Quiero que me beses hoy y después te repitas
en el acto jamás arrepentido
un beso tras otro y sus sinuosidades
de terremoto americano aguardado en nuestros pliegues.

Un replegar de granizo que son dioses que son avisos
de que te quiero para siempre conmigo
feliz o en desgracia, aburrido o desbordante.

Quiero que me guardes un lugar para ver juntos
el filme que grabo por ti con cinta de oro
cada día de la semana que nunca empieza
pero tampoco acaba.

Quiero tener a tu corazón en paz como lo está el mío.
Quiero que mi vida no se justifique en la tuya:
se nutra, se abra, se purifique, se cribe
se oiga, se sienta, retumbe, cante, truene de amor,
tiemble de ternura, crezca, se quede al fin dormida
ahíta de sexo y de amor y de caricias bellas.

Quiero seguir siendo yo la que te unja de amor bendito
ignoto, desbocado, siempre joven, siempre anciano
siempre malediciento, siempre cursi,
siempre lleno de fe en el eje por el cual
nuestra bandera y nuestro país de dos
funciona sin el kratós que todo lo arruina.

Quiero que me ames con sublime, infinita locura.
Quiero que te tomen mis manos y mi alma se engrandezca

como ocurre hoy y el hoy de hace cinco meses
absoluta misericordia nativa
en mi corazón de ti enamorado.

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