Desde ayer amo a este lugar
de sombras de tundra
y besos de infierno.
Llegaste y me amaste
amaste mi origen
recibiste cuanto soy y tengo.
Eres mi dueño y mi luz
contigo la bendición inicia
desde el amanecer de tu cuerpo
en cualquier meridiano del universo.
Bendito está mi páramo
porque lo has amado.
Amor, el último rencor
lo disipaste también con tus besos.
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