La primera oración en la mañana
tiene tintes de malva ansiedad por tu beso
y también es agradecida en ámbar y jacarandas
porque llegaste a mí, Astronauta Mayor
Señor del Magma y los colores divinos.
Araré el cielo hasta encontrar
el verbo que hoy dignifique mi sustancia Amor
en todas tus partes
en cada recoveco:
tu axila, tu cuello, tu oído izquierdo-caracolito
tu luna llena sumida en tu vientre
tu fuerza de hombre listo para embestir mi sombra
y alimentar mi llama.
Tu curva secreta para sostener tus piernas.
Como hago cada día que me levanto.
Y luego, te escribiré un poema de amor
o de deseo
o de ternura
o de la trinidad que implica amarte
y ya luego un globo de cantoya con versos de Mar.
Y luego el nunca colocado para nuestras sombras
y el siempre acurrucado en nuestros ojos y labios
el corazón erguido en Amor
la paz perfecta de nuestra existencia de Galaxia Plena.
miércoles, 9 de abril de 2014
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