Amor ardiente no me basta
tanto blanco para pirarlo entre las piernas
tanto muslo tanto semen
tanto grito
tantos y tantos versos
protopoemas.
No te basta y no nos basta:
sucede que en la punta de la ola ígnea
estamos como los primeros que se amaron
y entonces de nuevo la raíz de las cosas
sus nombres, sus caricias.
Amor ardiente, que siga sin bastarme
tu mundo
tus pezones
tu sexo enhiesto marcando mis costados
mis lumbares
mi credo.
Solamente así definiría al fin la eternidad
hambrienta de tu horizonte sin línea
siempre reina de mi voluntad amante para tu ser entero.
lunes, 28 de abril de 2014
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