en el pico del cotorro de un marino
y en una botella sin lama ni dios
porque su contenido es sencillo.
Amado amor amante
tu marea con fuego de agua yo inscribo.
Tierra de sol y fruta salada
instalada estoy en las horas
y mi espíritu insiste en volver a verte.
Éste es el poema que escribo
cubierto el rostro por mi cabello
la tinta verde sobre un papel morado:
la vida y tú me han enseñado
la pureza de la no insistencia voluntariosa.
[Amado amor amante
qué difícil es ocultar a la niña
que te llora en este exilio de vidrios por estrellas
ataviada de flores dulces
que se marchitarán sin ti
si no te ve pronto.]
Éste no es un poema de carne ni latido
es un poema místico envuelto en olas y algas
muy viejas, muy amplias.
Amado amor amante
mi espíritu se vuelca en rezos y una risa
por ver si el tiempo y tú
a mis manos tu cara regresan.
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