Me vuelve luna plena
ámbar y ola, volcán coronado de flores
Me desborda, reinicia mi hondo canto
y yo el suspiro asido de su cabello.
Me ha dado ojos.
Lava mi cuerpo y mi alma
con su amor de lengua de plata.
Ahora vivo la luz que buscaba en las oraciones.
Señor del magma y la savia,
en sus brazos está mi hogar.
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