viernes, 1 de mayo de 2009

Réquiem a un ente no especial

Por mí no fue
que no viajaras en el aire
miedo estúpido
estertor de la caja idiota
que en la sala de cada mexicana casa
está.

Échale la culpa al destino
pesa más el hambre
las ganas de estrechar la mano
de nuestro amigo
darle un beso retobón al que se ama
que tus putrefactas ganas
de nuestra vida jorobar.

No te culpo...

Debe sentirse mal
ser rey un día y después
dejar de serlo;
pero tú no entendiste, oh, sublime miedo
que el secreto no está en el amedrentamiento
sino en la felicidad que produce
echar a volar la libertad.

Mañana te velaremos con alegría
volverás a la tierra convertido
en aguas dulces y luz en lejanía
nada ha muerto
todo vibra mejor ahora que vimos
que morías
el cielo sigue siendo azul
y el sol y la luna nos esperan igual.

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