Ya sé que te duele
porque pasa que estás
como anclada en mi pecho.
Que eres lanza y presa
y eres sol eclipsado
por querer robar la luna con tus dedos.
Que eres suelo quebrado
eres altavoz y llanto
y eres también desconsuelo;
una sonrisa leve
un punto que fusiona
el cielo con el infierno.
Éxodo de palomas moradas,
todo se te ha ido en una canción
que te vive almohadas
y te erosiona las sombras;
también te pinta sonrisas
en tiempos de vigilia de felicidad.
Sí, ya sé que te duele
porque pasa que estás
como anclada en mi pecho.
Y resulta que esto es así
porque sólo somos una
y nada más.
jueves, 21 de mayo de 2009
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